Arcades 3D

Con los salones arcade viviendo su mejor momento en la primera mitad de los años noventa Sega, que ya estaba fuertemente posicionada en el mercado gracias a máquinas míticas como Out Run o After Burner, espectaculares tanto en sus versiones de pie como DeLuxe, cabinas movidas por motores hidráulicos, vuelve a dar un golpe de efecto presentando en 1992 y 1993 los juegos Virtua Racing y Virtua Fighter respectivamente, iniciándose con ellas la era de los juegos poligonales y poco después la de las grandes máquinas con pantallas de retroproyección donde encajar la grandeza visual de tan potente hardware.

Sólo Namco llegaría a plantar cara y competir de tú a tú en la batalla poligonal contra Sega, mientras que compañías como Konami y Capcom lanzaban sus mejores creaciones en 2d para el formato JAMMA, que aún tenía una intensa vida por delante, no sin dejar de hacer incursiones también en el mundo de las 3d aunque con inferiores resultados. Por su parte SNK seguía en plena forma gracias a su NeoGeo y sus juegos de lucha con los que mantenía una enorme rivalidad con los lanzamientos de Capcom.

Dentro de esta batalla poligonal debemos también hacer mención de honor a Gaelco, la veterana compañía española que ya había cosechado grandes éxitos como World Rally Championshio y Thunder Hoop, y que aguantó por muchos años en el terreno de las recreativa poligonales y cuyo mayor éxito fue Radikal Bikers.

A medida que la informática doméstica y las consolas de videojuegos se iban acercando a las capacidades del hardware de las máquinas recreativas, y a su vez los usuarios iban optando por quedarse en casa la industria de las recreativas tendría que darlo todo para seguir manteniendo su superioridad y así retener al perfil de jugador que busca vivir nuevas sensaciones en las máquinas más avanzadas. De esta forma fue que además de continuar avanzando en hardware los grandes fabricantes japoneses ponían a disposición del mercado versiones twin y DeLuxe para prácticamente todos sus lanzamientos, además de la posibilidad de interconectar en cualquiera de los casos hasta ocho máquinas para competir simultáneamente en una misma carrera.

En el caso de las versiones twin estas son máquinas con dos puestos de juego interconectados con un monitor de 26' a 29’ normalmente mientras que las versiones DeLuxe son individuales, aunque era frecuente también encontrar dos unidades interconectadas, y el puesto de juego era una simuación del vehículo a conducir, muchas veces dotado de sistemas hidráulicos que simulaban el movimiento del mismo. Se pasaba del monitor CRT a un enorme retroproyector de 50'.

Para el caso de juegos de disparo con pistolas u otras armas también se distribuyen versiones upright del juego, en un formato similar al de juegos como Operation Wolf donde la imagen se refleja en un espejo creando sensación de profundidad, formato DeLuxe donde disparar a las imágenes que aparecen en el retroproyector, y en algunos casos como House of the Dead 2 o The Lost World, existe también la versión SuperDeLuxe que es una cabina de un considerable tamaño con un banco para dos jugadores bastante separados, imagen en retroproyector también de 50' y sistema de sonido envolvente de cuatro altavoces.

La mención de honor iría en este tipo de máquinas para los juegos Ridge Racer Full Scale, donde el jugador se introduce en la reproducción de un Mazda a escala real y la imagen es una panorámica formada por tres proyectores de 50' alineados; y Galaxian3 que es una especie de habitación oscura con seis puestos de juego donde los jugadores disparan a las naves que van apareciendo también en tres proyectores.

Desde el momento en que los equipos domésticos alcanzaron las capacidades técnicas de las mejores máquinas recreativas, el único recurso que les quedó a estas fue el de los grandes muebles y simuladores para superar la experiencia de juego proporcionadas por las consolas. Este planteamiento llevó por otra parte el aumento del precio de las máquinas para el operador y también el precio de partida para el jugador, con lo cual poco a poco el pequeño recreativo de barrio acabó extinguiéndose a medida que aparecían grandes salas recreativas en centros comerciales y de ocio. Ésta tendencia es la que se ha mantenido hasta nuestros días, si bien es cierto que también ha habido un descenso importante en la cantidad de locales donde encontrar aquellas grandes máquinas quedando a día de hoy unos pocos en funcionamiento.