Pinballs Electrónicos con display
PINBALLS ELECTRÓNICOS CON DISPLAY DE MATRIZ DE PUNTOS
Llegados los años 90 el pinball gozaba de muy buena salud. No podríamos esperar que rivalizara con el videojuego, que seguía imparable en cuanto a cantidad y variedad de máquinas instaladas, pero sí mantenía su presencia en todo tipo de localizaciones, los operadores seguían invirtiendo en nuevas máquinas y los jugadores seguían disfrutando y sorprendiéndose con las novedades que incorporaban las mesas que les llegaban.
Es a inicios de 1991 cuando Data East Pinball, subdivisión de la veterana y legendaria compañía de videojuegos Data East, y que ya llevaba cuatro años en el mercado del pinball, introdujo en estas máquinas el elemento que les daría el empujón definitivo hasta llegar al punto de máximo esplendor de mediados de los años 90, en el que los salones recreativos vivían su mejor momento.
El elemento del que hablamos es el display de matriz de puntos, más conocido entre los pinballeros como DMD (Dot Matrix Display), abreviatura que usaremos a partir de este punto.
Los primeros DMDs eran de un reducido tamaño: 128×16 pixels (ancho x alto) que ya dejaban ver lo que podría dar de sí un buen uso de esta tecnología. Además ofrecía cuatro tonos de brillo independiente en cada píxel, y animaciones claras y nítidas sin efectos ghosting que sufrían pantallas LCD como por ejemplo las primeras Gameboy. Data East Pinball fue el único fabricante en usar DMDs de este tamaño.
A mitad del año siguiente Williams (ya fusionado con Bally) lanza su primer pinball con DMD, y da un golpe sobre la mesa duplicando su altura. El nuevo formato 128×32 se convertiría en el standard de la industria y todas las compañías acabarían por usarlo, incluyendo la propia Data East un año más tarde, empezando por su modelo Lethal Weapon 3. A modo de anécdota resulta interesante comentar que durante el modo reclamo en este pinball aparece una animación de un hombre sujetando una bandera ondeando con el logo de Data East junto al texto «Pioneers in dot matrix technology», lo cual podría ser una especie de respuesta a Williams tras adoptar para sus mesas el formato de la compañía rival. Curiosamente la tercera compañía en discordia, Gottlieb/Premier, había sacado al mercado sólo dos meses antes Super Mario Bros, su primer pinball con DMD, también en formato 128×32.
Quedaría por destacar otro tipo de DMD con una trayectoria más reducida incluso que la de los primeros 128×16. Se trataría del DMD extra large (192×64) usado en Maverick, último pinball fabricado por Data East antes de ser comprada por Sega Pinball que sólo continuaría usando el XL en tres modelos más para volver a usar el standard 128×32. El último pinball en usar DMD, también de este formato fue Ghostbusters de Stern en 2016. Incluso las compañías españolas Inder, Spinball y Sleic montarían estos DMDs en sus pinballs, en un último intento por parecerse al pinball americano, que les superaba en prácticamente todos los aspectos.
Y ya centrándonos en las ventajas del sistema DMD encontramos un mayor lugar para poner textos de diferentes tamaños y tipografías, adaptándolas a la temática de la mesa, capacidad de incorporar gráficos y animaciones, e incluso incorporar pequeños juegos en la pantalla de video.
De esta forma el pinball pasaba a tener un componente de videojuego, no tanto por tener que jugar en la pantalla, ya que eso era algo ocasional y de corta duración y muchos pinballs no lo incluían, sino por disponer de un medio visual animado de información y acompañamiento visual al transcurso de la partida. Con el tiempo estas animaciones ganarían en calidad y fluidez.
Para el operador también aumentaban las ventajas en forma de facilidad de ajustes, configuraciones y diagnósticos del estado de la máquina y realización de los distintos test con un nivel de detalle mucho mayor del que disponían, a medida que los pinballs iban volviéndose más complejos y se iba mejorando su software.
PINBALLS ELECTRÓNICOS CON DISPLAY CRT, LCD Y LED
La llegada de las pantallas de video a las máquinas de pinball es algo que antes o después tendría que suceder y su éxito o fracaso dependería de su viabilidad a la hora de instalar un monitor en este tipo de máquinas, que no fuese demasiado complicado acceder a las partes electrónicas en caso de avería, y qué uso se le diera al monitor y en qué se convertiría el juego del pinball al introducir este elemento. También el precio final de la máquina debería ser competitivo y estar acorde a las ventajas que trajera este elemento.
El uso de pantallas de video se ha generalizado en la década de 2010 para todo tipo de aplicaciones gracias a la aparición de pantallas planas de cada vez mejor brillo y calidad de imagen, además de su abaratamiento. Las vemos a diario en cajeros automáticos, cajas registradoras, paneles informativos, tragaperras, y un largo etcétera… y por supuesto, en los pinballs más recientes. En lo que al pinball respecta, es otro de esos aparatos electrónicos que por lógica acabaría sustituyendo los displays tradicionales, ya fueran numéricos, alfanuméricos, o DMD; por las cada vez más económicas y fiables pantallas LED. Lo que nos quedaba por saber era qué tipo de pantalla se usaría y el uso que se le daría.
A partir de la segunda mitad de la década 2010 se generalizó el uso de pantallas LED tanto por parte de Stern, principal fabricante mundial y con diferencia sobre el resto, como por otros fabricantes que se fueron incorporando con distinto éxito en estos últimos años. Pero monitores de este tipo los hay en infinidad de tamaños y cada fabricante adopta el tamaño que cree conveniente, así como su colocación en el cabezal y el nivel de importancia que le da en el juego. Ya en 2010 la empresa española MarsaPlay utilizó un TFT/LCD de unas 17 pulgadas como marcador para reflejar las puntuaciones y algunos mensajes del juego en su New Canasta, aunque el resultado no fue muy satisfactorio. La máquina tampoco era gran cosa y nunca más se supo de este fabricante. Aparte de otras compañías estadounidenses que también han incorporado pantallas LEDs y no vamos a enumerar por no extendernos demasiado, también tenemos el fabricante Jersey Jack cuyos pinballs se podrían calificar «de lujo» por lo elaborado de sus tableros, y donde el uso del monitor brilla a un alto nivel por su tamaño ocupando casi el ancho total del cabezal como por incluir escenas de las películas representadas con una gran nitidez además de unas animaciones asombrosas.
No podemos acabar esta reseña acerca de los pinballs con videomarcador sin mencionar algunas máquinas que también incorporaron pantallas de vídeo algunas décadas antes de la llegada de la era del monitor LED. Hablamos de los pinballs de Bally «Baby Pacman» y «Granny and the Gators», de los años 1982 y 1984 respectivamente, que eran mesas de reducido tablero, con un monitor CRT presidiendo buena parte del cabezal y un aspecto general que parecía mucho más una máquina arcade que un pinball. Como era de esperar, jugar al videojuego del monitor era una parte importante de la partida.
Por su parte Gottlieb en 1982 integró un monitor CRT en el tablero de su pinball Caveman, reduciendo bastante el área útil de juego. Paradójicamente seguía teniendo displays numéricos en un pequeño cabezal.
Por otra parte, entre los años 1988 y 1990 un fabricante italiano lanzó tres pinballs más convencionales, aunque con un diseño del mueble bastante futurista, y que incorporaba en la parte inferior del cabezal, entre dos altavoces con sonido stereo, un pequeño monitor donde se alternaban los datos de puntuaciones y créditos con el desarrollo de juegos de video en momentos concretos de la partida.
Aunque el primer pinball en tener el honor de incorporar un monitor fue Harem Cat del fabricante japonés Universal, y que incorporaba un pequeño CRT en posición vertical en una esquina del cabezal con la única función de mostrar puntuaciones, créditos, records, y otros datos.
Y para acabar, mención especial a la efímera revolución que supuso la llegada del sistema Pinball2000 de Williams/Bally, que mediante un cristal especial reflejaba sobre el tablero del juego las imágenes generadas por un monitor y que interactuaban con el trayecto de la bola por el tablero.
El sistema Pinball2000 tuvo una gran acogida en un tiempo en el que el pinball estaba en su peor momento y aunque los dos únicos modelos que llegaron a completarse (Revenge From Mars y Star Wars Ep.I) podían parecer bastante repetitivos por tener pocos objetivos a los que apuntar, lo cierto es que eran grandes máquinas con mucho juego, y de no haber sido por el cierre de la división de pinballs por parte de Williams habríamos disfrutado de unas cuantas joyas más.
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