Rally Play (Niza, Francia)

Rally Play

La historia de este fabricante francés comienza en otra compañía, Radio Laboratoire Jaubert, con sede en 157 Avenue Le Maréchal Lyautey en Nice (Francia) que se dedicaba a la fabricación de aparatos de radio transmisión y aparatos de SONAR («SOund NAvigation and Ranging») para la Marina en los años 50 y 60. Aparte de radios también fabricaban y vendían componentes para pinballs para el fabricante Alben (1958-1964). 

Es quizás por eso, o simplemente por la necesidad de diversificar, que en 1961 funda su propia compañía para fabricar pinballs Rally Play SA con un capital de 1.002.200 francos con su sede social en el 98, Avenue Saint-Lambert de Niza y su fábrica en la propia sede de Radio Laboratoire Jaubert, en 157 Avenue Le Maréchal Lyautey en Niza.

Su primer pinball se llamó “Bowling Flipper” (1961) con un diseño del mueble muy cuidado, con su pequeña repisa, lleno de curvas y cromados, patas estilizadas, con un colorido “artwork”, y un juego interesante. Marcadores de 3 tambores (más uno luminoso que le permitía llegar a los 1999 puntos), para dos jugadores y hasta lotería. Se dice que el diseñador de este juego fue Victor Salmon, fundador de Alben.

“Bowling Flipper” (1961)

A partir de aquí, repitiendo la formula (si funciona, ¿para qué cambiarlo?) siguen sacando modelos al mercado con exactamente las mismas características como “Sunday on Ice” (1961) , “Beach Games” (1962), “Karting” (1962), “Twist” (1962), “Toro” (1963), “Happy Papeete” (1963) y “Hockey Girl” (1964).

Con “The Three Musketeers” (1964), sin renunciar a su mueble característico, sí que ofrecían al comprador, como opción, la posibilidad de fabricar el pinball siguiendo la estética americana de mueble mucho más cuadrado.

 
 

Debió tener mucho éxito este modelo de mueble ‘americano’ porque a partir de aquí todos sus pinballs se fabrican siguiendo este mismo estándar americano: “Landing on Venus” (1965) de un jugador, “Saloon” (1965) con sus versiones de 2 y, por primera vez, de 4 jugadores, “Curling” (1965), “Joly Captain” (1965), “Hairy Singers” (1965) de nuevo de un jugador, y “Messalina” (1965).

 
 

Entremedias, en 1963, Rally saca al mercado el espectacular “Rally France”, que no era un pinball sino un simulador de conducción completamente electromecánico, una preciosidad.

 
 

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En Octubre de 1966, Rally anuncia, a bombo y platillo, su siguiente pinball “Rally Girl” que ha pasado a la historia del pinball mundial como el primer pinball con marcador con válvulas de vacío. A esta tecnología le llamó Flip-Tronic, para evocar a “electronic” aunque de electrónica solo tenía una pequeña tarjeta de sonidos, el resto del pinball seguía siendo electromecánico, pero estamos hablando que los franceses de Rally se adelantaron 9 años al primer pinball totalmente electrónico fabricado por los americanos de Mirco Games: “Spirit of 76” (1975).

 
 

Poner este tipo de marcadores le daba a sus pinballs un aspecto más moderno sobre el resto. Aparte de la posibilidad de incrementar el número de dígitos para llegar a puntuaciones más altas, la precisión de la puntuación y poder eliminar los complejos mecanismos de tambores con lo que se ahorraba en espacio, materiales y averías. Fue todo un bombazo y Rally aplicó esta misma tecnología Flip-Tronic a todos sus pinballs hasta su desaparición. Otra característica de los pinballs Flip-Tronic era las patas plegables, otro gran invento.

“West Club” (abr-67), “PLAY BOY” (nov-67), “Comics” (feb-68) y “Schuss” (jul-68), fueron sus siguientes pinballs con esa misma tecnología.  

 
 

En 1968 aparece en escena la empresa SAFARE, fundada en 1937 y especializada en transformadores, esta empresa absorbe o se fusiona con Rally o con Radio Laboratoire Jaubert, el hecho es que a partir de este año Rally siempre aparece junto con el nombre de SAFARE, que sigue a su vez con el equipamiento de radio y SONAR para barcos y submarinos militares. A principios de siglo XXI se convirtió en la empresa Thales SAFARE S.A. que actualmente está integrado en el Grupo Thales.

El último pinball que sacó al mercado Rally fue el interesante “Flower’s Child” (1969) del que parece que solo sacaron al mercado 30 unidades. Tenía una decoración muy de la época Flower Power de los hippies de los 60 y 70, y aportaba unas novedades interesantes como dos contadores para bonus puestos en el mismo aprom y un pasillo con electroimanes que lanzaban la bola hacia arriba ‘mágicamente’, una novedad mundial muy avanzada a su tiempo, una verdadera rareza.

Desconocemos porque SAFARE-Rally Play dejó de fabricar pinballs en 1969, pero a partir de ese año solo se dedicó a la fabricación de equipamiento militar.

Años más tarde, de la sede de SAFARE de 157 Avenue Le Maréchal Lyautey en Niza, un ex trabajador recuperó un pinball que no llego nunca a producción, se llamaba “Psyche Delic” y era prácticamente el mismo pinball que “Flower’s Child” salvo por el artwork y que era de un jugador, cuando “Flower’s Child” era de cuatro. Desconocemos porque este pinball no salió al mercado, aunque quizás el polémico nombre, psicodélico en castellano (efectos causantes por alucinógenos que estimulan efectos psíquicos), tuviera algo que ver o quizás simplemente no tuvieron tiempo a ponerlo en producción.

Cuando encontraron este pinball tenía un monedero italiano, porque Rally siempre estuvo muy ligado al mercado italiano (Niza está muy cerca de la frontera italiana) y llegó a sacar versiones de sus pinballs “West Club” y “Schuss” con sistemas ‘add-a-ball’ ya que en Italia no se permitía que los pinballs dieran partidas gratis.

Como resumen, creo que Rally Play fue un avanzado a su tiempo, quizás demasiado, en una época donde los fabricantes de pinballs eran especialistas en electromecánica y fabricaban pinballs sin excesiva calidad pero que renovaban modelo cada mes o dos meses, Rally se esmeraba más en el diseño que en la producción y con una tecnología, heredada de Radio Laboratoire Jaubert, mucho más avanzada a lo que se estaba usando por aquellos tiempos y, quizás, la introducción de las válvulas de vacío fue demasiado pronto para principios de los 70, donde el pinball no tenía aun la competencia del video, y la electrónica era una rareza y no un signo de modernidad. Quizás si a Rally se hubiera fundado 10 años mas tarde, con la tecnología que contaba, de la que los fabricantes tradicionales carecían(y les costó mucho adquirir), podrían haber barrido el mercado 0o simplemente dedicarse a suministrar estos componentes al resto de fabricantes. Lo que tengo claro es que los pinballs de Rally, por su diseño y avances técnicos, son dignos de estar en un museo.

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